Un palacio para las dinastías españolas
El Palacio Real de Madrid es uno de los más interesantes y mejor conservados de Europa. Situado donde se originó la ciudad de Madrid, ha sido desde entonces lugar de importantes acontecimientos políticos y sociales protagonizados tanto por las diferentes dinastías españolas como por todos los que han vivido en Madrid y alrededores.
En la imagen vemos la espléndida plaza de armas por la que accederemos al interior del palacio. El arquitecto italiano Francesco Sabatini, que trabajó para la realeza española en el siglo XVIII, le aportó al palacio este tipo de patio de armas a la francesa. En ocasiones, podemos disfrutar de algunos desfiles militares o incluso podemos ser testigos de la la Presentación de Credenciales al Rey desde una soberbia verja ya que el palacio cierra sus puertas al público en estas ceremonias.
Bien antes o trás visitar las salones reales, entraremos en la considerada una de las mejores Reales Armerías de Europa. Situada en una esquina de la plaza de armas, muy cerca de la Catedral de Madrid y de los paisajes frondosos que rodean al Sitio Real. En su interior el visitante se encuentra en medio de más 400 años de historia. Armaduras, petos, escudos, lanzas o armas de fuego utilizadas tanto para la guerra como para las distintas celebraciones reales.
Una entrada como ninguna otra
Una vez en el interior del palacio nos encontramos con una entrada palaciega en la que casi no sabremos en qué dirección mirar para no perdernos tanta belleza en un solo edificio.
Empezamos conociendo a Carlos III con atuendo romano como símbolo de ese poder real que al monarca le gustaba ejercer. El escultor, Pierre Michel, supo darle el porte que este rey ilustrado quería comunicar.
Enfrente está la imponente escalera, obra que salió de la mente de Sabatini, ese arquitecto al que ya nos hemos referido antes. Nos daremos cuenta de lo cómodo que es subir por ellas. Entre otras razones, era importante diseñar una escalera que no dificultara el ascenso de las sillas de manos tan usadas en la época. En ellas veremos leones que, como vigías silenciosos, nos acercan a la fortaleza de una monarquía diferente a las anteriores y que había nacido en España con un rey perteneciente a la Casa de los Borbones, Felipe V, monarca que nos esperará al final de la escalera.
Tocando el cielo
Al entrar a este palacio nuestra atención se entretiene en bóvedas infinitas que nos hablan de dioses, héroes y símbolos propios de reyes barrocos o ilustrados. Conoceremos a artistas contratados por ellos para que hablaran de cómo el país que gobernaban protegía a la religión con un fresco de Giaquinto en el que la luz nos acerca las figuras que lo forman.
Pintores que aprovecharon los ángulos que la arquitectura les dejaba para plasmar leyendas, mitologías o referencias a los reyes para los que trabajaban. Mengs, Tiepolo o Bayeu, entre otros de igual importancia, supieron entender ese simbolismo real que los monarcas requerían a través de los diferentes reinados.
Luz y Tapices
Cada una de las habitaciones visitadas tiene una lámpara propia creada, en la mayoría de las ocasiones, para estar colgada exactamente en el lugar en el que la vemos y que crea un relato con la habitación. Muchas de ellas son francesas y están realizadas en cristal y bronce. Alguna de ellas, como la del Salón del Trono sustituye el bronce por la plata y fue escogida especialmente por Carlos III para decorar esa sala y no otra.
Todos los Sitios Reales españoles cuentan con una colección de tapices espectaculares y que se crearon tanto para adorno de las salas como para proteger los diferentes palacios del frio del invierno o del otoño. En el Palacio Real vemos algunos basados en los cartones para tapices realizados por Rubens en el siglo XVII que fue uno de los pintores favoritos de Felipe IV, rey que se alojó en el palacio durante la dinastía de los Hasburgo.
Hoy en día, en la ciudad de Madrid, se puede visitar La Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, lugar donde fueron creados muchos de los tapices que hoy adornan los palacios y monasterios reales por toda la geografía española. Aún hoy se puede disfrutar de una visita guiada en la que explican cómo se hace un tapiz a partir de un cartón de un gran pintor.
